Y en ese pueblo había un letrero.
"Campo minado" - decía.
Tal vez podría decir: "cuidado con el perro" o "se arreglan becicletas"; pero no importaba lo que dijera, pues nadie en el pueblo sabía leer ni escribir.
Los lugares a donde acostumbraba la gente asistir, no tenían letreros. Se adivinaba el giro del lugar por simple lógica.
Como no saber que es una panadería de donde sale el rico aroma de los pasteles recien horneados.
O de la iglesia, si uno escucha las campanas. La tienda, la comisaría, el burdel, la escuela.
Y nadamas, era todo lo que conocen y necesitan saber... o necesitaban.
Porque después de lo que pasó, ahora todos saben que ese camino, el camino que lleva al manantial si tiene dueño.
Y ese dueño es prepotente, autoritario y explosivo.
6 comentarios:
un dueño para nada justo...
no entendi...
escuela???
entiendo como el hecho de poder percibir atraves de los sentidos una realidad neta sin ncsidad de conocerlo solo por su esencia o algo asi
ta raro jaja
lo que se ve no se juzga!
Y para muestra... los copros.
Hi5 x 5!
Wow, el campo minado... me acuerdo de "El tigre y la nieve", con el campo minado, pero ahí sí sabía a qué iba Atilio... espera, no lo sabía.
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