Si, ahora escucho gritos ahogados, alaridos de dolor, horribles muecas, alargados aullidos.
A lo lejos hay explosiones,
Las calles vacías, la gente se refugia temerosa en donde haya una transmisión.
Soy el único que no atiende a la transmisión y la gente me mira inquietamente como un extraño, centenares de índices me señalan por unos cuantos segundos, solo un poco.
Los estallidos festejan la opresión, la gente se guarece para ver como un país desaparece inconteniblemente.
En ocasiones se voltean a ver por leves instantes, somos islas, ya no hay puentes.
Ese día no es mañana, ni el día después de mañana.
Es Hoy.
1 comentario:
Ya seeee, juro por Dios que si veo otra playera verde le haré algo a doña Mati
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