Yo tengo una hermana: Lucy.
Y ella tiene muchos amigos, que la invitan al cine, que le hacen obsequios, que se inspiran en ella para redactar algunos poemas.
Mi hermana es muy valiosa en su círculo de amigos, es muy noble con todos ellos.
Es por ello que su cumpleaños no pasa ni por un momento desapercibido.
Desde el primer minuto de ese día recibe las llamadas de felicitación. Los regalos se hacen llegar mas tarde. Pero nadie falta.
Y Ana, su mejor amiga estaba a punto de cometer el mayor error de su vida. Olvidarle por completo.
Daban las 11 de la mañana cuando un par de palomas comiendo tarta de manzana le hicieron recordar a Lucy.
Y realizó la llamada inminente. Prometiendole un bonito regalo por la tarde.
A la hora acordada fue a visitarle a su casa y efectivamente, Ana había sido la última en felicitarle y en darle su regalo.
Le extendió una curiosa cajita de madera.
Lucy se mostraba mas curiosa que la misma cajita y desató rápidamente el dorado listón.
Abrió con delicadeza ese pequeño baúl solo para descubrir envuelto en un pañuelo rojo de terciopelo un pequeño corazón blanco.
Lo tuvo en sus manos mientras recargaba la cajita en una mesa. Y sin pensarlo se lo llevó a la boca y lo comió por completo.
Ana no tuvo tiempo de ver cambiar el semblante de mi hermana mientras le decía que era un jabón.
Pues parecía un chocolate.
5 comentarios:
lucy... debería distinguir entre un chocolate y un jabón... el regalo es lo de menos... que venga del corazón vasta!!!!
lucy... debería distinguir entre un chocolate y un jabón... el regalo es lo de menos... que venga del corazón vasta!!!!
el regalo siempre importa =D
son detalles...
jabonn!!!! jajaj q ricooo XD
si... siempre me arrepentí de no comprarle el jabón que viene en un empaque de chocolate
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