Un milenio después nació mi generación.
Soñabas con dulces uvas doradas, luego con una máquina llamada como un lago, como un río.
Pero no soñabas conmigo, y así de pronto llegué, dentro de una esfera de cristal y aún con mi cordón umbilical sin cortar.
A un milenio de distancia, tu conocías el mundo, sus bondades y sus peligros.
Yo buscaré en tu mente los planos de esa máquina y la habré de construir, y la probaré, y los milenios se volverán segundos.
Y tu y yo seremos iguales, tan amigos como siempre.
1 comentario:
Creo que el mundo como tal ... es la propia arma del hombre...
recordar es volver a vivir....
imaginar= a pensar
como yo = pienso en ti
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